La gente hace lo que sea por una buena taza de café. Pero para conseguir un sabor inigualable en tu café, sea arábica o robusta, puede que necesites congelar los granos antes de pasar a molerlos.
Los granos más fríos producen partículas más pequeñas de forma consistente cuando pasan por el proceso de molido, lo que proporciona más sabor con menos café molido, según un estudio publicado en Scientific Reports de la revista Nature.
De hecho, en la mayoría de cafeterías, la temperatura es algo que los clientes tienen muy en cuenta.
Conforme la temperatura ambiental varia y los molinillos de café se calientan con el uso, la consistencia de los molidos cambia. Lo que es un problema, porque el agua extrae el sabor de los granos de café más pequeños antes que de los mayores.
Para un café con un sabor más destacado, los mejores baristas ajustan el tamaño del molido en los molinillos a molidos más finos conforme avanza el día.
Aunque, al final el café no deja de ser café. No importa si te gusta más caliente o más helado, o como vayas a molerlo, siempre y cuando lo hagas de la misma manera para que tenga ese sabor y esa textura que tanto te gustan.
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Me encantó esta información